Croque Monsieur de cine.

                ¡Hola de nuevo! Por fin tengo tiempo y puedo actualizar como es debido. Quería haberlo hecho el jueves de la semana pasada (por aquello de una entrada semanal) pero todavía faltaban dos exámenes y preferí posponerlo y hacerlo bien y sin darme cuenta ¡ha pasado otra semana! Mañana empiezo la clases de nuevo pero, como hasta ahora, eso no es ningún problema para encontrar un ratito y cocinar.

                Hoy os traigo todo un clásico, el croque Monsieur. Este “sándwich” tan particular me trae gratos recuerdos de la infancia. En mi casa siempre nos ha gustado el cine y había veces que íbamos a ver 2 y 3 (esto era las menos) películas una misma tarde (Aiss, qué tiempos aquellos en los que tres personas podían ver tres películas al precio que hoy se paga por las mismas tres personas viendo solo una película…) y justo enfrente de la sala de cine había una cafetería donde los preparaban. Mientras esperábamos a que empezara la próxima película merendábamos ahí y yo, la mayoría de veces, me pedía la croque Monsieur. Una tarde perfecta, cine y croque. Puede parecer algo insignificante pero para algo se dice que hay que disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

                Después, durante muchos años no las volví a probar, supongo que son cosas de la adolescencia, donde una intenta cuidar su línea, adelgazar a toda costa y  se priva incluso de lo que más le gusta. Bueno, miento, el chocolate no lo he podido dejar nunca. Pero ahora me gusta, de vez en cuando, alguna tarde que salimos a pasear tomarme una para merendar porque creo que con moderación no hacemos daño a nadie.

                No hace mucho recuperé ese pequeño placer “cine y croque”. Teníamos entradas para la sesión de las 10. No queríamos entretenernos mucho con la cena pero tampoco no apetecía un sándwich “mondo y lirondo”. Queríamos algo más y entonces se nos ocurrió la idea: prepararíamos croques. Pueden ser todo lo sencillo o elaborados que queramos: ya que podemos hacer el pan de molde y la bechamel caseros o bien comprarlo hecho. Ahora, sin más preámbulos, que creo que ya me he extendido lo suficiente, paso a la sencillísima receta para una noche de cine (que estando como está la cosa hoy en día también sirve para un plan de sofá, manta, peli y buena compañía…):

INGREDIENTES:

•        Bechamel. Puede ser casera, pero yo usé la de la marca Mercadona que me gusta bastante.
•         Jamón cocido.
•         Queso havarti (me gusta mucho cuando se funde pero puede ser gouda, gruyere…)
•         Mozzarella
•         Pan de Molde

PROCEDIMIENTO (aunque con lo fácil que es… casi ni hace falta!)

1.      Untamos una rebanada de pan con Bechamel.

2.      Ponemos una loncha de queso y una de jamón cocido sobre esta rebanada de pan.

3.      Cogemos otra rebanada de pan, la untamos un poquito por un lado y la ponemos, con este lado hacia abajo sobre el queso y el jamón.

4.    Extendemos una cucharada generosa de bechamel  sobre esta última rebanada, cubrimos bien con mozzarella y… ¡al horno! Podríamos indicar sobre unos 10 o 15 minutos, pero cada horno es un mundo y lo mejor es esperar hasta que el queso de arriba esté fundido y doradito y ¡listo!

NOTA: está más bueno si lo dejamos enfriar un poco puesto que la salsa bechamel penetra en el pan (puesto que con el calor se queda “líquida”), lo humedece y cuando se enfría lo deja más compacto y suave.

Valoración general: ¡una delicia de cena rápida! Para repetir, por supuesto.

No sé qué me ha pasado hoy pero tengo unas ganas locas de hacer cupcakes. Lo que más me extraña es que después de los últimos, que me dieron bastante trabajo por aquello de haber hecho dos buttercreams, preparar dos masas…, me había dicho a mí misma que tardaría un tiempo en hacer más, pero creo que no. Creo que aprovecharé para probar alguna de las recetas que tengo para solo 2 o 3 cupcakes…

Bueno, y ahora, la recomendación lectora semanal. Esta vez os sugiero El tiempo entre costuras, novela que supongo que muchos habréis leído ya, pero que me sorprendió gratamente ya que resultó ser más entretenida de lo que esperaba. Era bastante reacia a leerla pero me la regalaron y una vez la empecé… no podía soltarla.

¡Salud y buen provecho!