No es ningún secreto que me encanta el pimiento, sobre todo asado. Pero esto no siempre ha sido así, sin embargo, lo que sí ha sido siempre del mismo modo ha sido el "placer" que me produce hacerlo en finas tiras con las manos, algo que desde bastante pequeña he hecho yo y que me sigue encantando, aunque hay que reconocer que cuando una tiene que desgarrar la carne de quince o veinte pimientos a la vez casi casi se convierte en una pequeña tortura. No hace tanto que me gusta el pimiento asado, es solo desde hace unos años que estoy deseando que sea verano y maduren los pimientos que mi abuelo tiene plantados en el huerto del chalet para asarlos al fuego con el "aparato" que podéis ver en la foto.
En su mango pone "Churrasquera" no sé si porque "churrusca" o por qué, pero está en mi familia y no recuerdo un verano sin ver cómo se asan en él pimientos, o cebollas, pero sobre todo los primeros. Y lo único que sé es que no tiene nada que ver un pimiento asado al horno (no importa si es de gas o eléctrico) con uno asado en ella, quedan, simplemente, espectacularmente tiernos, no solo porque están en el pleno de su temporada sino por la cocción lenta, directamente en la llama. Sin ella no podría vivir, así que en un futuro me veo asando pimientos una de estas en algún pequeño hornillo, pues mi madre ya ha conseguido encontrar una nueva, así que habrá pimientos asados en ella para rato.
Lo que hoy os traigo no es una receta en sí, sino una forma de cocinar este maravilloso vegetal (bueno, se supone que es una baya o fruta pero...), aunque una vez lo hayamos preparado puede darnos muchísimos juego en la cocina, principalmente en ensaladas o guarniciones.
INGREDIENTES
- Pimiento para asar, morrones (también nos servirían los de la variedad italiana que no se pelan tampoco mal).
- Aceite de oliva.
PROCEDIMIENTO
1. Tanto si tenéis la cazuela como si los hacéis al horno, lo primero será lavarlos bien, secarlos y untarlos con el aceite.
2. Si tenemos la "churrasquera" los dispondremos sobre esta con el fuego medio-alto, tapamos y de vez en cuando controlamos para ver si la piel de la parte de abajo está oscura y abombadita, cuando así sea damos la vuelta. Una vez estén tiernos y la piel se haya despegado de la carne ya están listos. En el horno sería un procedimiento muy similar, aunque pueden asarse sobre papel de horno o de plata y sin darle la vuelta si se hace con calor arriba y abajo.
3. Para poder pelarlos y limpiarlos de una forma mucho más rápida y cómoda pasaremos los pimientos todavía calientes a una cazuela que inmediatamente taparemos, pues con ello conseguiremos que la piel que pudiera quedar agarrada a la carne del pimiento se despegue del todo.
4. Cuando se hayan entibiado o estén fríos del todo tan solo nos resta retirar toda la piel, eliminar el pedúnculo y todas las semillas que pueda contener en su interior. Es importante, una vez hayamos hecho todo esto, colar los restos, pues el jugo que sueltan los mismos pimientos nos sirve para su conservación.
5. Podemos dejarlos tal y como están, desgarrar la carne en finas tiras con los dedos o bien a cuchillo, que sobre una tabla adelanta considerablemente el trabajo, si bien yo siempre me inclino por el método tradicional.
6. Como método de conservación, si tenéis una gran cantidad de pimiento asado, nos sirve tanto la conserva tradicional (esto es, en botes de cristal bien tapados se cuecen al baño maría cuando el agua hierva entre 10 y 20 minutos) o bien congelándolo, que es, para nosotros el método que mejor conserva sus propiedades. Eso sí, hay que tener en cuenta que el tiempo en que sus características se conservan por un mayor tiempo será, sin duda, el de la conserva en botes.
6. Como método de conservación, si tenéis una gran cantidad de pimiento asado, nos sirve tanto la conserva tradicional (esto es, en botes de cristal bien tapados se cuecen al baño maría cuando el agua hierva entre 10 y 20 minutos) o bien congelándolo, que es, para nosotros el método que mejor conserva sus propiedades. Eso sí, hay que tener en cuenta que el tiempo en que sus características se conservan por un mayor tiempo será, sin duda, el de la conserva en botes.
POSIBLES RECETAS: en ellas partimos de la base de tener el pimiento aliñado con aceite de oliva, sal y ajo picado al gusto.
1. Una magnífica ensalada de pimientos, huevo duro y atún, a la que se puede añadir algo de queso fresco, que le da el toque de gracia.
2. El típico "esgarraet" valenciano, que se prepara a base de pimiento y bacalao en migas. En el caso de que como a mí no os guste demasiado el bacalao, podéis sustituirlo por mojama.
3. Cualquier cosa que se nos ocurra, recientemente me han dicho que queda genial como "topping" en una hamburguesa.
¡Salud y que aproveche!
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