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sábado, 17 de octubre de 2015

Hummus

Los chips de pita que os mostraba en la entrada anterior los preparé para acompañar este hummus. Lo bueno del hummus es que es un modo de tomar legumbres bastante sano, sobre todo si lo acompañamos con crudités y encurtidos y limitamos la cantidad de pan y además, sobre todo en verano, es mucho más refrescante que un plato de potaje.



Acompañado de unas tiras de zanahoria, manzana y pepinillos veréis qué ligero y refrescante resulta. Si nunca lo habéis probado con pepinillos encurtidos os animo a ello, lo probé de casualidad y desde entonces es como más me gusta a mí... Aunque con un buen pan de pita, chips o un rico pan también se disfruta ¡y mucho!

La receta es muy sencilla, la verdad es que lo hago un poco a ojo, porque al final la cantidad de ajo, limón o comino va a al gusto, y lo bueno de la mayoría de recetas saladas es que se puede improvisar bastante bien conociendo los ingredientes aunque en este caso os recomiendo que no quitéis ninguno de ellos, eso sí. En esta ocasión utilicé garbanzos ya cocidos de bote, y os recomiendo que si tomáis esta opción, sea con unos buenos garbanzos de bote, tiernos, porque si no os costará muchísimo conseguir una textura cremosa y de tanto añadir agua, el sabor estará aguado...

INGREDIENTES 
  • 1 bote de garbanzos
  • 1-2 dientes de ajo
  • 1-2 cucharadas soperas de sésamo 
  • Aceite de sésamo (opcional, aunque le da un toque)
  • El zumo de un limón
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Comino al gusto
  • Pimentón
  • Agua en caso de que sea necesaria.


La ELABORACIÓN paso a paso:

1. Preparamos el tahine o pasta de sésamo si no tenemos machacando en un mortero el sésamo, un poco de aceite (de sésamo si tenemos, pues potencia el sabor), agua y sal hasta que se convierta en una pasta blanquecina medianamente suave. Si tenemos tahine en casa, nos saltamos este paso y añadimos una cucharada directamente.
2. Vertemos en la picadora (o vaso batidos) los garbanzos, 1 diente de ajo partido en dos, comino al gusto, el zumo de medio limón (yo suelo poner el zumo de un limón entero, pero va a gustos, puedes empezar por medio e ir añadiendo), la pasta de sésamo, y unos 30ml de aceite de oliva. La mayoría de estos ingredientes se pueden modificar según nos gusten más unos sabores que otros: más o menos ajo, más limón, más comino... 
3. Trituramos hasta que nos quede una crema espesa, si queda demasiado espesa, podemos añadir alguna cucharada del agua de los garbanzos, agua normal o algo más de aceite hasta que nos guste la textura que adquiera. 
4. Pasamos a un recipiente, espolvoreamos con pimentón y regamos con aceite de oliva. Este creará una película protectora que ayuda a su conservación. Si hemos guardado algún garbanzo, podremos usarlo para decorar. 
5. Servimos acompañado de chips de pita, pan, crudités o de aquello que más nos guste.

¡Qué aproveche!

Caleidoscópica. 

martes, 29 de septiembre de 2015

Triangulos crujientes de pita (Chips de pita).

Me gusta muchísimo comer hummus, aunque de eso os hablaré en la próxima entrada, y tomármelo mojando diferentes cosas en él. Como con cualquier crema para untar o paté las texturas crujientes combinan a la perfección y son una cuchara perfecta para comerlo. En algún sitio había escuchado que se podían hacer chips crujientes de pita, así que ni corta ni perezosa cuando vi esta receta de pan de pita sin horno de Iban Yarza (generalmente preparo otra receta, también suya, del libro Pan casero) me pareció una buena idea para probar: un pan de pita mucho más fino e incluso más sencillo... Y ya veréis qué rico que está con estos chips de pita. 

Así pues, para esto solo necesitáis vuestra receta habitual de pan de pita (o la del enlace a El comidista, o pan de pita comprado pero de buena calidad), unas cuantas especias al gusto y un horno. Es muy sencillo, enseguida os cuento cómo se hace. Más que una receta, es una idea.



INGREDIENTES 

  • Pan de pita
  • Especias al gusto (ajo en polvo, orégano, tomillo, romero, pimentón, curry...)
  • Aceite de oliva


La ELABORACIÓN paso a paso:

1. Cortamos el pan de pita en triángulos desde el borde hasta el centro (lo especifico porque todos los triángulos deberían tener borde para que no se separen las dos capas).
2, Untamos con aceite de oliva.
3. Espolvoreamos las especias al gusto tanto en variedad como en cantidad. Podéis prepararlos de diferentes sabores: unos de tomillo y romero, otros de pimentón y ajo, y otros de curry...
4. Horneamos a unos 180-200º con calor arriba y abajo. Cuando empiecen a dorarse, les damos la vuelta hasta que estén completamente dorados y crujientes. Dejamos enfriar y conservamos en un recipiente hermético. Estarán mejor si se consumen en el mismo día.


¡Qué aproveche!

Caleidoscópica

domingo, 9 de febrero de 2014

Pizza de pinchos, espárragos y huevitos de codorniz

Si tuviera que poner todos los ingredientes de esta pizza en el título, este sería interminable, así que lo resumo casi a lo esencial. 

No iba a subir esta receta, que en realidad es más que nada una idea, y la foto que veis forma parte del proyecto 365 que estoy llevando a cabo. Es más, en pleno periodo de trabajos, la hora de cenar y yo sin foto del día... tuve que aprovechar, y la verdad es que tuvo éxito. Así que, viendo que la pizza gustaba (porque la foto en sí, pocas probabilidades de éxito tenía) y la combinación de sabores gusta mucho en casa, me ha parecido una buena idea publicarla. 





La he preparado un par de veces, cada una de ellas con una masa distinta  y con alguna pequeña variación que después os indicaré, pero ambas igual de sabrosas. La masa es la misma que preparé en la primera entrada de pizzas, a la que os recomiendo añadir un poco más de sal porque esta vez de nuevo me pareció que la masa estaba un poco sosa, a pesar de que yo suelo comer con poca sal. La otra masa que me encanta es esta de Gastronomía y cía, que lleva cerveza en su composición, con un sabor distinto. La primera vez que la preparé fue sin huevitos y con tiras de pimiento asado, la segunda al revés. Creo que la próxima vez se lo pondré todo,  porque como ya os dije el pimiento asado es una de mis comidas favoritas, así que no podía faltar. 

Algo que no podía pasar por alto es la forma en que preparo los espárragos para esta pizza. Quizá si os pasa como a mí miráis imágenes de recetas en Pinterest, a veces en busca de inspiración para la presentación, otras para una idea rápida... el caso es que constantemente, también en blogs americanos, veía la expresión "shaved aspargus", es decir, espárragos laminados y se me ocurrió que era una buena forma de degustar una pizza que incluyera este ingrediente sin que quedara demasiado duro o difícil de morder en la porción, así que decidí probar, y la verdad es que ahora empleo la técnica en más de una ocasión. 


INGREDIENTES (esta vez para 4 personas que como lleva muchas cosas llena bastante):

  • Masa de pizza (con la que os pongo en el enlace da para cenar 4 personas bien)
  • Tomate frito
  • Queso mozzarela fresco
  • Mozzarela rallada
  • Pinchos de pollo (unos 150 - 200g)*
  • Espárragos
  • Cebolla
  • Champiñones
  • Pimiento asado (opcional)
  • Huevos de codorniz
  • Sal, aceite, orégano.

Notas: los pinchos que yo uso son los mismos que venden en las tiendas Pollos Planes, por si no sabéis dónde encontrar esta clase de pinchos que no sean de cerdo, que son los más comunes. Si no, siempre podéis adobar unos tacos de pechuga de pollo como más os guste.

La ELABORACIÓN, paso a paso. 

1. Preparamos la masa de pizza con tiempo suficiente. 
2. Precalentamos el horno a 180-210º
3. Cortamos la mozzarela a rodajas. Extendemos una capa de tomate frito sobre la(s) base(s) estirada(s) y repartimos el queso. 
4. Cortamos los pinchos grandes en trozos más pequeños para que la cocción sea uniforme. Se cocinarán a la perfección dentro del horno. 
5. Laminamos la cebolla y los champiñones: si tenemos mandolina acelerará el proceso considerablemente, posición 3-4 mm.
6. Para laminar los espárragos, primero los limpiamos y a continuación, utilizando el pelador de patatas, sacamos láminas de la pieza desde la base de la punta hasta el final de la pieza. Para que las puntas nos queden bien hechas podemos ponerlas unos 30s en el microondas con un chorrito de aceite unas gotas de agua y un poco de sal. 
7. Salamos un poco la verdura y la repartimos sobre la base de la pizza. Sobre esta, los pinchos, espolvoreamos con oréganos y un poco más de mozzarella rallada. 
8. ¡Al horno!
9. Mientras tanto cascamos en un plato los huevos de codorniz y cuando la pizza esté terminando la cocción los repartimos sobre esta, los salamos un poco si queremos y dejamos unos minutos más en el horno hasta que la clara (y la yema si queréis) este cuajada. ¡Listo!


¡Qué aproveche!

sábado, 1 de febrero de 2014

Garbanzos estofados con verduras

No sé qué tiene esta receta, pero lo que sí sé es que os conquistará y se quedará en vuestras cocinas para siempre. No tengo muy claro de dónde la saco mi madre ya hace un tiempo, pero lo cierto es que con pocos ingredientes (y algo de trabajo) se consigue un plato espectacular a base de legumbres y verduras.



Es una buena opción para no tomar siempre el típico potaje de garbanzos con espinacas y patata, y ahora que todavía quedan días de frío, es un plato de cuchara muy reconfortante.

No me entretengo más y os doy la receta directamente, ya me contáis qué os ha parecido. A mí, solo con ver la foto y pensar en ellos empieza a apetecerme un plato...

INGREDIENTES para 4-5 personas (según raciones):
Para los garbanzos:
500 g de garbanzos.
1/2 puerro
1/2 cebolla
2 clavos de olor
1 zanahoria
1 patata pequeña
1 ajo
1 o 2 hojas de laurel

Para el sofrito de verduras:
1 puerro
1 zanahoria
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
Ajo en polvo
Pimentón dulce

La ELABORACIÓN, paso a paso: 
1. La noche anterior, poner a remojo los garbanzos con agua caliente y sal.
2. Cocer los garbanzos con el medio puerro, la media cebolla (en la que habremos clavado los dos clavos de olor), la zanahoria, la patata, el ajo y el laurel. La cantidad de agua: algo más que lo que cubra los garbanzos, pues no quedan caldosos, pero tampoco secos, podéis verlos en la imagen.
3. A mitad de cocción sacamos las verduras, quitamos uno de los clavos y la hoja de laurel, y con un poco del caldo trituramos hasta conseguir una crema y reservamos.
4. Preparamos el sofrito. Para ello cortamos en cuadraditos de tamaño medio las verduras y ponemos a calentar una sartén con aceite.
5. Sofreímos las verduras con un poco de ajo en polvo y pimentón y cuando estén hechas añadimos la crema que habíamos preparado antes.
6. Añadimos a los garbanzos y dejamos cocer hasta que estos estén bien hechos.

¡Qué aproveche! Ya me contáis cómo os han salido...

viernes, 10 de enero de 2014

Crema de champiñones (3 ingredientes)

Si os apetece algo ligero porque queréis compensar los excesos de estas fiestas - eso dice todo el mundo hasta la saciedad todos los años por estas fechas-, o si lo que os apetece es tomar algo caliente de primero en la comida o en la cena para entrar en calor estos días fríos sin demasiadas complicaciones, esta es vuestra receta. 

Con solo tres ingredientes, en menos de 30 minutos podemos estar sirviendo un plato de esta rica crema sin apenas trabajo. ¡Ah! y casi lo olvidaba, con muy pocas calorías, pues solo lleva champiñones, cebolla y caldo de verduras. 




Seguramente os preguntaréis cómo puede quedar cremosa si no usa leche, nata o queso. El truco está en la batidora: mejor si es de vaso que de brazo. Nunca fuimos muy aficionadas a las cremas de champiñones porque el resultado no era todo lo suave que nos hubiera gustado, sino más bien una crema con grumitos poco agradable al paladar. Y eso que nunca habíamos tenido ningún problema con la batidora de brazo que tan bien nos funciona. Sin embargo, cuando compramos la de vaso decidimos darle una segunda oportunidad. El resultado no tenía ni punto de comparación, la textura era otra completamente diferente. Esto no quiere decir que si vuestra batidora de toda la vida es una bestia y deja cualquier cosa perfecta, no hagáis la prueba, por probar no se pierde nada. Yo solo os cuento mi experiencia con esta receta.
Así que una vez os he contado mi secreto, vamos con la receta. 

INGREDIENTES para 2-3 personas:
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cebolla mediana
  • 250 g de champiñones
  • 300 ml de caldo de verdura*
  • Sal
  • Pimienta (blanca o negra, al gusto)
* Sirve cualquier caldo de verdura de sabor suave. Si no tenéis caldo disponible, y tenéis un poco de prisa, podéis usar media pastilla de caldo de verduras y 300ml de agua, el resultado no desmerece.

La ELABORACIÓN, paso a paso:

1. Troceamos la cebolla y la sofreímos con el aceite caliente en la olla o cazuela en que vayamos a preparar la crema. 
2. Añadimos los champiñones y salamos.
3. Cuando los champiñones empiecen a cambiar de color, añadimos el caldo de verdura. Si usamos olla express lo hacemos como de costumbre, si no, tapamos la cazuela y dejamos a fuego medio hasta que esté todo bien cocido. 
4. Retiramos medio vaso de líquido, reservamos, y vertemos todo en la batidora de vaso. 
5. Batimos a máxima potencia hasta que veamos que queda una crema fina y suave. Si fuera necesario, añadimos poco a poco parte del líquido retirado hasta obtener la consistencia deseada. Mejor así que tener una crema demasiado aguada desde el principio. Añadimos pimienta al gusto, rectificamos de sal si fuera necesario y le damos un toque más con la batidora para que se mezcle bien. 


¡Qué aproveche!

Caleidoscópica.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Bacalao al ajoaceite gratinado

Por fin parece que han resuelto los problemas de mi conexión a Internet, que no solo me tenían prácticamente apartada del blog sino que además estaban dificultando considerablemente mi vida académica. Así pues, tras unas semanas locas y un Internet que funcionaba poco, mal y cuando quería, mi plan de preparar una entrada sobre posibles regalos de Navidad quedó relegado a un segundo plano, no sé si lo preparé para Reyes o ya me espero para el año que viene... De hecho, a duras penas conseguí subiros el tronco que preparé como postre en Nochebuena con la intención de felicitaros la Navidad. Pero ahora parece que ya estoy de vuelta. 



La foto que os pongo es de la Nochebuena de hace un par de años, la hice para subirla con el pastel salado que os enseñé entonces pero al final no me cuadró y siempre se quedaba para una ocasión mejor. Así que la publico ahora que es el momento del año para el que se pensó, pues todavía estáis a tiempo de prepararla como cena de Nochevieja, o comida de Año Nuevo, si bien cualquier ocasión especial se la merece igualmente, así que lo dejo a vuestra elección. 

En casa la preparamos para ocasiones especiales como los cumpleaños, nos parece un plato bastante sencillo y que a la vez consigue que la mesa esté de gala con muy pocos ingredientes. No es una receta complicada, pero sí un poco laboriosa si es para muchas personas pues hay que preparar base de guarnición para todos, muchas piezas de bacalao... Vamos con la receta. 

INGREDIENTES, para 4 personas:

Para la base:
  •  1 patata grande
  •  1 cebolla grande

Para el bacalao:
  •  1 lomo de bacalao, desalado o fresco, por persona (si son pequeños dos)
  •  Harina

Para el gratinado:
  •  ajoaceite, casero o comprado, de consistencia espesa. 

  • Aceite y sal


La ELABORACIÓN, paso a paso:
1. Pelamos y cortamos la patata y la cebolla en rodajas y aros de aproximadamente 1 cm de grosor (podemos hacer la cebolla un poco más fina si queremos). 
2. Calentamos una cantidad considerable de aceite (que cubra el fondo, pues se cocinan a fuego lento, no se fríen) a fuego medio, añadimos la patata y la cebolla.
3. Cocinamos hasta que estén, a la vez, tiernas y doradas. Conseguiremos que queden más tiernas si tapamos la sartén, por efecto del vapor. 
4. Salamos el bacalao y lo enharinamos ligeramente. 
5 Calentamos aceite a fuego medio-fuerte y freímos los lomos de bacalao hasta que estén dorados. 
Montaje y presentación del plato:
1. Preparamos en cazuelitas individuales una cama de la patata con cebolla, colocamos encima los lomos.
2. Untamos una capa fina pero consistente de ajoaceite sobre cada uno de ellos.
3. Gratinamos, en cuanto empiece a burbujear y a dorarse un poco, lo sacamos del horno y está listo para servir. 


Salud y que aproveche, 

Caleidoscópica.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Crema de calabaza al curry

Hoy os pongo una crema de calabaza para tomarla calentita, muy otoñal y reconfortante. Sumamente cremosa, el toque del curry eleva y potencia su sabor en un contraste de sabores dulzones y especiados, pero apta solo para quienes les gusta mucho la calabaza. Eso sí, mejor consumirla recién hecha y en pequeñas cantidades (sacia fácilmente), porque con el paso de los días aumenta el sabor de la calabaza y solo sabe a ella, resultando demasiado dulce para ser un primero. 



Ya veréis qué fácil es de preparar, lleva un ratito arreglar la calabaza, pero luego vale la pena, sale una buena cantidad y si no queremos tanta, podemos aprovechar la otra mitad para cualquier otra cosa que se nos ocurra. El método de cocción consigue que no se queden las vitaminas y cosas buenas en el agua que luego, inevitablemente, acaba yéndose en gran parte por el fregadero. Se consigue no solo conservar mejor las cualidades de este alimento sino también el color, que mantiene en toda su potencia en un brillante color naranja.

 La receta, o más bien la idea, la tomé de uno de los programas de Hoy cocinas tú, de uno de los de Isma Prados, un cocinero que vengo siguiendo desde bastante joven y cuyos programas casi siempre veo. Tomé la idea de la cocción, y creo que añadir queso brie que sugiere él u otro tipo de queso cremoso y con un sabor potente puede darnos resultados geniales, pero yo lo preparé con lo que tenía por casa, a mi gusto, y esta vez quería que la calabaza fuera la protagonista.

Para otras recetas con calabaza os recomiendo esta mermelada, que está para chuparse los dedos. Para más... pronto ampliaremos el recetario.

INGREDIENTES para 4 personas:

  • 1 calabaza mediana de las de forma de cacahuete, aproximadamente 2 kg.
  • 1 patata mediana tirando a grande o 3 pequeñas
  • Aceite
  • Pimienta negra
  • Sal
  • Una puntita de cucharilla de café de curry
  • 2 quesitos cremosos (podéis ponerlos light que no se nota)


La ELABORACIÓN paso a paso:

1. Pelamos, limpiamos y troceamos la calabaza en cubitos uniformes de 2x2 cm aproximadamente. Es importante que sean uniformes para conseguir una cocción uniforme, pues no los vamos a hervir.

2.  Ponemos al fuego medio una cazuela baja y grande, añadimos un par de cucharadas o tres de aceite de oliva y cuando este esté caliento añadimos la calabaza. Hay que dejarla que se dore, removiendo constantemente para que sea un dorado uniforme, pues al ser gran cantidad no todos los dados quedan en contacto con la superficie.

3. Cuando dore la calabaza y empiece a estar tierna añadiremos las patatas, que habremos pelado y laminado previamente. En cuanto a las láminas, lo mejor es que sean lo más finas posibles para que se cuezan rápidamente.

4. Salpimentamos al gusto (cuidado con la sal en este punto, pues hay que tener en cuenta que el gusto final de lo que estamos cocinando siempre es dulzón y puede hacer que añadamos un exceso de sal que luego cambiaría los sabores) y tapamos ente 10 y 20 minutos a fuego bajo, hasta que la patata esté tierna. A mitad de este paso habremos añadido el curry, al gusto también, mi cantidad es orientativa, pues no quería que predominase su sabor y es por eso solo un toque .Si fuera necesario, añadimos 3 o 4 cucharadas de agua para ayudar a la cocción de la patata.

5. Pasamos la calabaza y la patata a un cuenco grande o una olla, añadimos los quesitos en trozos y  trituramos. Atención: aunque primero parezca que la crema va a quedar grumosa, tras un rato batiendo tomará la consistencia deseada. Siempre podemos ayudarnos añadiendo un chorrito de agua caliente (mejor agua que caldo para que no cambie el sabor).

¡Qué aproveche!


domingo, 17 de noviembre de 2013

Espagueti con almejas

¿Quién diría que con tan pocos ingredientes y en tan poco tiempo tendríamos un plato tan sabroso? Sin duda es el caballo ganador si no queréis pasar mucho tiempo preparando laboriosas salsas, pero sí sorprender a vuestros comensales.

Tras dos semanas sin actualizar por motivos técnicos, como un ordenador, donde están las fotos y textos de las próximas entradas y todas las cosas de clase, que repentinamente deja de funcionar ... vuelvo de nuevo por aquí con un sencillísimo plato de pasta y dando las gracias porque no ha sido nada grave, que de nuevo funciona y no he perdido nada (ahora para no tener más sustos tendré que empezar a copiar mis cosas en otra parte para estar segura de que no se pierden).



La receta la preparamos según lo que nos parecía que podía llevar inspirándonos en una que a veces comemos en un italiano cercano, así que es posible que la conozcáis ya pero con otros ingredientes o proporciones. Vamos con ellos, aunque como se trata de un plato tan sencillo, lo mejor es que sean de buena calidad para obtener los mejores resultados. 


INGREDIENTES para 4 personas:

  • 500 g de almejas
  • Aceite de oliva
  • 2-3 dientes de ajo medianos
  • Guindilla (como siempre al gusto, aunque este plato gana con un punto picante)
  • 350-400 g de espagueti
  • 75-100 ml de vino blanco
  • Agua
  • Sal


La ELABORACIÓN paso a paso:

1. Limpiamos las almejas poniéndolas en un cuenco con agua para que suelten la arena que pudieran tener.

2. En una sartén o cazuela baja ponemos a calentar una cantidad suficiente de aceite de oliva, unas 3 o 4 cucharadas soperas. Pelamos y laminamos, no demasiado finamente, los ajos y los sofreímos hasta que empiecen a dorarse. En este momento añadiremos la guindilla, que, si queremos conservar hasta el final la laminaremos y si queremos quitarla como indicaré la ponemos en trozos más grandes.

3. Llevamos a ebullición agua con sal y añadimos la pasta, que cocemos según las indicaciones del fabricante.

4. Mientras cuece la pasta, añadimos las almejas a la cazuela con el sofrito de ajo y guindilla, les damos una vuelta y, en nuestro caso, quitamos la guindilla.

5. Añadimos el vino blanco, tapamos la cazuela y esperamos a que todas las almejas se abran. Cuando estén listas si vemos que hay un exceso de líquido reducimos dejando evaporar unos minutos, aunque hay que tener en cuenta que esta será la salsa de nuestra pasta, por lo que debe haber una cantidad suficiente.

6. Escurrimos la pasta cuando esté lista, añadimos a la cazuela, aliñamos con un toque de pimienta al gusto y, cuando la "salsa" tenga la consistencia deseada (si fuera necesario podríamos añadir un par de cucharadas del agua de cocción), servimos.

¡Qué aproveche!

viernes, 4 de octubre de 2013

Pañuelitos de pasta con atún, alcaparras y aceitunas

Una receta de pasta que no dejará indiferente a nadie en una combinación de sabores ácidos, cítricos y avinagrados, que se suaviza al calentarse en unión con el atún y la pasta. Sencilla, rápida y muy sabrosa, perfecta para estos días de otoño y primavera en los que no nos apetece una ensalada fría pero tampoco un plato de caliente.



INGREDIENTES, para 4 personas (algunas de las cantidades de los elementos más grasos como la mantequilla y el aceite han sido modicadas, pero se añaden a continuación, en azul y entre paréntesis, las originiales, pues quedará una mayor cantidad de la salsa):
  • 360- 400 gr de pasta corta
  • 2-3 cucharadas soperas de aceite de oliva ( 4 cucharadas)
  • 35 g de mantequilla ( 50 g)
  • 2 dientes de ajo grandes ( 3 dientes de ajo)
  • 200 g de atún en conserva*
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 1 cucharada de alcaparras escurridas 
  • 12 - 15 aceitunas negras en rodajas
  • perejil picado

PROCEDIMIENTO, paso a paso:
1. Hervimos la pasta hasta que quedé al dente (o a nuestro gusto) en agua con sal.
2. Mientras la pasta se cuece, laminamos fínamente los ajos y hacemos en rodajas las aceitunas. Escurrimos los lomos de atún del aceite que puedan tener y también las alcaparras. Preparamos el zumo de limón.
3. Doramos, con el aceite caliente a fuego medio y la mitad de la mantequilla, los ajos que hemos laminado previamente. Una vez estén bien dorados, bajamos el fuego al mínimo e incorporamos el resto de ingredientes a excepción del perejil. Removemos delicadamente y cuando estén calientes lo vertemos sobre la pasta junto con la mantequilla restante** y mezclamos bien hasta que esta se funda.
4. Espolvorear con el perejil para dar un toque de color. Este último paso es opcional.


NOTAS: * Es recomendable utilizar lomos de atún en aceite o bonito del norte en conserva porque su carne es mucho más entera que la de las latas de atún normales, por lo que no queda en absoluto desmigajado e imperceptible sino con cuerpo.
** Este paso me lo he saltado por evitar ponerle más mantequilla aunque en principio sí había pesado los 35 g. Sin embargo, en una próxima ocasión la añadiré pues quedará más cremosa y suave la salsa del limón y los encurtidos con atún.  
FUENTE: Pasta de la editorial Parragon

¡Salud y que aproveche! 

 Caleidoscópica. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Pimientos asados en "churrasquera"

No es ningún secreto que me encanta el pimiento, sobre todo asado. Pero esto no siempre ha sido así, sin embargo, lo que sí ha sido siempre del mismo modo ha sido el "placer" que me produce hacerlo en finas tiras con las manos, algo que desde bastante pequeña he hecho yo y que me sigue encantando, aunque hay que reconocer que cuando una tiene que desgarrar la carne de quince o veinte pimientos a la vez casi casi se convierte en una pequeña tortura. No hace tanto que me gusta el pimiento asado, es solo desde hace unos años que estoy deseando que sea verano y maduren los pimientos que mi abuelo tiene plantados en el huerto del chalet para asarlos al fuego con el "aparato" que podéis ver en la foto. 




En su mango pone "Churrasquera" no sé si porque "churrusca" o por qué, pero está en mi familia y no recuerdo un verano sin ver cómo se asan en él pimientos, o cebollas, pero sobre todo los primeros. Y lo único que sé es que no tiene nada que ver un pimiento asado al horno (no importa si es de gas o eléctrico)  con uno asado en ella, quedan, simplemente, espectacularmente tiernos, no solo porque están en el pleno de su temporada sino por la cocción lenta, directamente en la llama. Sin ella no podría vivir, así que en un futuro me veo asando pimientos una de estas en algún pequeño hornillo, pues mi madre ya ha conseguido encontrar una nueva, así que habrá pimientos asados en ella para rato.



Lo que hoy os traigo no es una receta en sí, sino una forma de cocinar este maravilloso vegetal (bueno, se supone que es una baya o fruta pero...), aunque una vez lo hayamos preparado puede darnos muchísimos juego en la cocina, principalmente en ensaladas o guarniciones.

INGREDIENTES
  • Pimiento para asar, morrones (también nos servirían los de la variedad italiana que no se pelan tampoco mal).
  • Aceite de oliva.

PROCEDIMIENTO

1. Tanto si tenéis la cazuela como si los hacéis al horno,  lo primero será lavarlos bien, secarlos y untarlos con el aceite.
2. Si tenemos la "churrasquera" los dispondremos sobre esta con el fuego medio-alto, tapamos y de vez en cuando controlamos para ver si la piel de la parte de abajo está oscura y abombadita, cuando así sea damos la vuelta. Una vez estén tiernos y la piel se haya despegado de la carne ya están listos. En el horno sería un procedimiento muy similar, aunque pueden asarse sobre papel de horno o de plata y sin darle la vuelta si se hace con calor arriba y abajo.
3. Para poder pelarlos y limpiarlos de una forma mucho más rápida y cómoda pasaremos los pimientos todavía calientes a una cazuela que inmediatamente taparemos, pues con ello conseguiremos que la piel que pudiera quedar agarrada a la carne del pimiento se despegue del todo.
4. Cuando se hayan entibiado o estén fríos del todo tan solo nos resta retirar toda la piel, eliminar el pedúnculo y todas las semillas que pueda contener en su interior. Es importante, una vez hayamos hecho todo esto, colar los restos, pues el jugo que sueltan los mismos pimientos nos sirve para su conservación.
5. Podemos dejarlos tal y como están, desgarrar la carne en finas tiras con los dedos o bien a cuchillo, que sobre una tabla adelanta considerablemente el trabajo, si bien yo siempre me inclino por el método tradicional.
6. Como método de conservación, si tenéis una gran cantidad de pimiento asado, nos sirve tanto la conserva tradicional (esto es, en botes de cristal bien tapados se cuecen al baño maría cuando el agua hierva entre 10 y 20 minutos) o bien congelándolo, que es, para nosotros el método que mejor conserva sus propiedades. Eso sí, hay que tener en cuenta que el tiempo en que sus características se conservan por un mayor tiempo será, sin duda, el de la conserva en botes. 

POSIBLES RECETAS: en  ellas partimos de la base de tener el pimiento aliñado con aceite de oliva, sal y ajo picado al gusto.

1. Una magnífica ensalada de pimientos, huevo duro y atún, a la que se puede añadir algo de queso fresco, que le da el toque de gracia.

2. El típico "esgarraet" valenciano, que se prepara a base de pimiento y bacalao en migas. En el caso de que como a mí no os guste demasiado el bacalao, podéis sustituirlo por mojama.

3. Cualquier cosa que se nos ocurra, recientemente me han dicho que queda genial como "topping" en una hamburguesa. 


¡Salud y que aproveche!


viernes, 23 de agosto de 2013

Falsos espaguetis de calabacín a la boloñesa

Como ya dije en la entrada del pastel de zanahoria, era muy posible que hasta mediados de agosto no volviera. Bien, tal y como me suponía así ha sido, era imposible, a pesar de tener conexión a internet intentar siquiera el publicar, pero ya estamos con la segunda mitad de agosto adelantada y aquí estoy de nuevo. La que os traigo es una receta que preparé a principios de julio, no fue más que una idea que primero había visto preparar con col, pero como esta no me gusta pensé en adaptarla  a otro vegetal un poco más atractivo. Después, no recuerdo donde, vi algo con unos calabacines y fue entonces cuando pensé en hacer estos falsos "espaguetis", que unas semanas después de haber probado salieron con otra salsa y muy parecidos en la revista Lecturas. 

Es una receta sencillísima (como casi todas las que os propongo por lo general) y que se ha convertido una de mis preferidas pues después de esta vez que le hice la foto la he vuelto a preparar y... me encanta. Es, además, para los que tengas superproducción de calabacines a causa de los huertitos familiares, una magnífica receta de aprovechamiento que no da demasiado trabajo (aunque a primera vista pudiera parecerlo no se tarda más de 20-30 minutos en prepararla). Se trata, también, de una receta que según cómo la preparemos (con más o menos aceite, una carne más o menos grasa...) es un plato siempre saludable pero también apto para la mayoría de dietas de pérdida de peso, pues no contiene hidratos, resulta saciante, y ya no es la típica pechuga de pavo asada a la plancha con unas rodajas de calacín


Cambiando de tema, he podido probar algunas cosas típicas de la gastronomía alemana durante mi estancia en Jena, aunque os aseguro que, excepto por los spatzle, no ha sido gracias a la comida de la universidad, que cada día era peor que la del anterior... así pues, probé los bretzels, los spatzle (me animaré a prepararlos, que hace tiempo en Webos fritos publicaron una receta), los röstis de patata (que estaban muy ricos, acompañados de jamón de la Selva Negra), también las salchichas típicas en una barbacoa que nos prepararon a modo de recepción, no eran frankfurts, sino algo más parecido a longanizas gruesas y que estaban de muerte y el pato que, según me comentaron los que eran de allí, es típico navideño... seguro que probé algo más pero ahora mismo no me acuerdo. También en Londres he podido probar algunos de los platos británicos más típicos que en ocasiones anteriores no pude, como el las bangers & mash (salchichas con puré), el pie&mash... y fui a ChinChinLab, que aunque no era típico me hacía muchísima ilusión probar esos helados preparados en el momento: el de Rhubarb Lemonade fue todo un acierto, sobre  todo combinado con una salsa de rico chocolate Valhorna del 60%. No me podía creer que fuera a estar buena esa mezcla pero me fie al final del chico de la heladería y acerté. Era cremosísimo a pesar de ser más bien una especie de sorbete, pues no llevaba ningún tipo de crema en su composición. Eso sí, mis padres no recomiendan para nada tomarse un café allí, que por lo que se ve... no era muy bueno. Bien está saberlo. Eso sí, aunque de nuevo pude disfrutas de los numerosos puestos de comida que hay en Camden, y también de los del mercadito de Greenwich que no podía dejar de visitar, me queda la espinita de no haber podido ir al Borough market a pesar de lo relativamente cerca que estaba de mi hotel.

De nuevo a lo que nos interesa, vamos con la receta, en la que lo único un poco más delicado es cogerle el punto al calabacín pues si os gustan crujientes y poco hechos como a mí no habrá problema, pero si os gustan tiernecitos soltarán agua, este es un punto que tengo que intentar perfeccionar, pues a mí me van poco hechos y no me sueltan casi nada pero....

INGREDIENTES para 2 personas (a ojo):

Para la salsa boloñesa:
  • ajo al gusto
  • 1 cebolla mediana
  • 1 zanahoria mediana
  • medio pimiento verde italiano (opcional)
  • carne picada de pavo
  • tomate natural triturado (unos 300 ml por dar una cantidad aproximada)
  • aceite de oliva
  • sal
  • bicarbonato/ azúcar para rectificar la acidez del tomate si fuera necesario
Para los espaguetis:
  • 1 calabacín mediano tirando a grande o 4 pequeños.

La PREPARACIÓN, paso a paso:

1. Partimos el calabacín o los calabacines por la mitad y con ayuda de la mandolina hacemos láminas de unos 5 milímetros de grosor. A continuación, en montoncitos de tres o cuatro láminas hacemos tiras de un par de milímetros o tres de ancho para conseguir nuestros falsos espaguetis. Reservamos.
2. Picamos ajo al gusto y lo sofreímos. A continuación picamos el resto de las verduras muy pequeñas y añadimos primero la cebollita hasta que poche un poco, después la zanahoria y, finalmente, el pimiento.
3. Añadimos la carne picada. En este punto, añadimos sal al gusto y cuando la carne empiece a estar hecha añadiremos el tomate natural para que se fría poco a poco. Si no hubiese el suficiente, podríamos añadir un poco de aceite antes del tomate, pues de la buena fritura de este depende el buen sabor de la salsa. Cuando el tomate esté hecho, bien rojito, si fuera necesario rectificaríamos su acidez con un poco de azúcar o de bicarbonato (según la costumbre de cada uno) y el punto de sal. 
4. En una sartén con una cucharada de aceite caliente añadiremos, sin salpimentar para que no suelten agua, las tiras de calabacín que en cuanto estén hechas a nuestro gusto sacaremos del fuego y entonces salpimentaremos. 
5. Emplatamos como si de unos espaguetis normales se tratara y añadimos un poco de parmesano rallado, que les aporta un aroma y un sabor insuperable. 


¡Que aproveche!

Caleidoscópica.

jueves, 4 de julio de 2013

Pollo al curry con manzana

Aunque los exámenes acabaron hace más de una semana no había tenía tiempo de actualizar hasta hoy. Bueno, en realidad no es que no hubiera tenido tiempo, que lo he tenido. De hecho había empezado a redactar el contenido de esta entrada de una forma un poco personal sobre el hecho de haber terminado la carrera ya, cuánto la había disfrutado... y demás cosas similares. Pero tenía pocas ganas de escribir. Estaba saturada de trabajos, exámenes... y lo único que necesitaba era hacer "otras" cosas, según mi madre asimilar las vacaciones, que no consistieran, básicamente, en escribir, pero aquí estoy de nuevo, mucho más descansada ahora, pues no quería dejar pasar un jueves más sin actualizar. 
Traigo un pollo al curry muy suave que preparé no hace mucho, un domingo que comía sola, y sale para dos o tres personas, así que tengo otra porción esperando en el congelador, a ver qué tal se mantiene la textura de la salsa y si el sabor sufre alguna modificación durante el congelado. Me viene muy bien hacer estas pruebas, porque me gusta saber qué congela bien y qué no, pues así sé cuándo puedo hacer más cantidad de una receta determinada que resulte laboriosa para tenerla a mano en otra ocasión, incluso lista para el táper (mi gran amigo). 



La receta es una mezcla de varias, entre otras cosas porque tenía un bote de leche de coco en la despensa que todavía no caducaba pero estaba ya "aburrido" de estar allí cogiendo polvo, además, mi intención era recrear la salsa al curry de una conocida marca que antes comercializaban y que ahora, desde hace un par de años, no he podido volver a encontrar en ningún supermercado de la zona. Tampoco de Valencia capital, y como no es un producto gourmet pues tampoco está en estas tiendas. Se vende otra de otra marca, pero al llevar mango el sabor no era el mismo, a mí me gustaba la otra, con el toque de manzana, apenas imperceptible pero presente, sin duda. Así que con estos ingredientes de base y un bote de curry por empezar en el cajón de las especias me dispuse a hacer una mezcla a mi aire, un poco de aquí, otro de allí... Todo con las cantidades que me parecía que podrían adecuarse más al sabor final que buscaba. 

Elaborando este pollo al curry (bueno, y a partir de ahí con todo lo que he ido cocinando estos días después de haber terminado los exámenes) me he dado cuenta de que he cogido una mayor soltura en la cocina, de que poco a poco soy capaz de preparar recetas que no solo tengan bastantes ingredientes sino que, además, estos tengan, cada uno, un procesado diferente, porque no es lo mismo que se vaya añadiendo todo de uno en uno sin apenas trabajo, frente a que cada producto lleve un "tratamiento" distinto, por así decirlo. Hay que decir que no es que tenga muchos ingredientes pero entre cortar el pollo, rallar la manzana, picar la cebolla... Así lo sentí también con la receta dulce que subiré próximamente. También me doy cuenta de que cada día lo disfruto más, no importa si es para mí sola o para siete, aunque el aumento de trabajo es proporcional, pero, sobre todo, me encanta cortar verduras, rallarlas, picarlas... siempre me había gustado, ahora me relaja. Bueno, picar una cebolla no, para qué os voy a engañar, porque cualquier día, con eso de que no puedo ni abrir los ojos es posible que me corte, y al final acabo picándola con miedo.

Después de tanta disertación filosófica sobre mis progresos en la cocina y el relax que siento al hacer en daditos (¿brunoise? creo que no, porque yo lo de pequeñito y todo igual...ahora estoy intentando aprenderme los nombre de los tipos de cortes y me encantaría asistir a un curso de corte de vegetales, a ver si surge la ocasión), vamos con la receta.

INGREDIENTES para 2 o 3 comensales (acompañándolo de arroz)

  • 2 pechugas medianas
  • 1 manzana grande
  • 1 cebolla mediana
  • pasas al gusto (opcional, porque también pondremos en el arroz)
  • 200 ml de leche de coco
  • 100 ml de agua
  • 1 chorrito de vino blanco
  • 1 cucharadita de curry en polvo
  • aceite
  • sal

ELABORACIÓN paso a paso

1. Cortamos las pechugas en trozos de unos 3 cm máximo.
2. Ponemos a calentar la sartén a fuego medio y, mientras, picamos la cebolla finamente.  Sofreímos.
3. Mientras se sofríe la cebolla rallamos la manzana.
4. Cuando la cebolla empiece a estar transparente añadimos las pechugas a la sartén.
5. cuando las pechugas empiecen a tomar un poco de color añadimos un puñadito de pasas, la manzana rallada, el curry y le damos un par de vueltas para después añadir un chorrito de vino blanco. Dejamos evaporar el alcohol.
6. Mezclamos la leche de coco con el agua y la añadimos a la sartén. Salpimentamos, pues la leche de coco es muy dulce y la sal de lo anterior no es suficiente. Cocinamos a fuego medio bajo  y removemos constantemente para que vayan mezclándose los sabores y dejamos que la salsa reduzca un poco. Tiene que quedar espesita, no líquida del todo. Si vemos que sabe mucho a la leche de coco podemos ir añadiendo agua a poquitos, de modo que conforme vaya evaporando se suavizará*.
7. Una vez añadida la leche de coco, tendremos una cazuela con agua hirviendo, este será el momento de hervir el arroz, de modo que una vez esté hecho, mientras dejamos reposar unos minutos el curry, saltearemos el arroz con un poquito de ajo, aceite y unas pasas (sí, en mi receta hay pasas en las dos cosas porque me gustan mucho) en una sartén.
8. Servimos el arroz acompañado del curry.

NOTA: en esta receta utilicé 200 ml de leche de coco. Cuando la vuelva a preparar creo que lo haré usando en vez de 200ml de coco y 100 de agua, 100 ml de coco y 200 ml de leche normal (incluso de nata, pues uqedaría más cremoso, pero prefiero la leche para aligerar), pues, cuando lo comía, el "regusto" final que dejaba el coco llegaba a cansarme. De todos modos, es un plato donde el curry acompaña al arroz y no al revés, así que es algo a tener en cuenta, se servirá una porción pequeña o mediana de carne y unos 70-100gr de arroz aproximadamente por persona según lo hambrientos que estemos, glotones que seamos...
 
En cuanto a la imagen: no he conseguido hacer una foto decente de este plato, al final, dándole vueltas y más vueltas hice un recorte casual y me gustó más lo que contaba del plato, aunque, en mi opinión, siempre es mejor una foto apaisada para este tipo de recetas. Se nota que la hice con prisas, porque quería comer y tenía que seguir estudiando. Otras veces he preparado el trípode y los cubiertos antes y he hecho las fotos. Esta vez, sin embargo, supongo que debido a los exámenes y demás, no monté ni trípode ni nada, y se nota. Fotografíar "a mano alzada" implica que hay que disparar a velocidades más rápidas, también una ISO más alta para que entre más luz y profundidades de campo menores que implican que no todo lo que está dentro de la imagen quede enfocado, quedando borrosa buena parte del plato por mucho que lo intenté, y que, sin en la fotografía de elementos en serie resulta atrayente, no lo es tanto en un plato salado. Reconozco que no tengo la voluntad necesaria como para que se me enfríe la comida, pero considero que con un poco de planificación pueden sacarse buenas imágenes. Estoy poco a poco evolucionando también con la cámara, aprendiendo bien cómo manejarla y, sobre todo, el porqué de las cosas, por eso sé dónde tiene los errores "técnicos", sin pensar en la composición, esta imagen. No quiero aburriros con historietas fotográficas, pero es algo que voy practicando junto con la cocina, no puedo desligarlo y, el redactarlo, me ayuda a reflexionar.

¡Saludos y que aproveche!

Caleidoscópica.