Yema pastelera, esa dulce
cobertura de tartas y pasteles, habitualmente tostada, es todo un clásico en la
repostería que a todos gusta. Parecía muy complicada, pero con esta receta ha
resultado muy sencilla de preparar y con un resultado estupendo, pues la
textura es casi igual a la de los hornos y pastelerías de toda la vida, justo
lo que estábamos buscando.No hay que confundirla con la crema pastelera, que lleva también leche y aromatizantes.
En
esta ocasión la hemos preparado con huevos enteros y maicena pues, por ser
la primera vez, no queríamos estar pendientes de los puntos del almíbar que
otras recetas que emplean solo las yemas requieren, aunque todo es animarse y
probar poco a poco "técnicas" un poco más "complicadas".
Sin embargo, por el resultado y lo rápida que ha sido su preparación, esta se
va a convertir en un básico que seguro que de algún apuro me salva.
La
receta la tomé de Mis recetas de cocina, que a su vez la tomó de otro blog,
pero yo he hecho algunas variaciones, pues no he pesado los huevos con cáscara
para la proporción del azúcar ya que me parecía que estaría demasiado dulce y
respecto al peso sin cáscara lo he reducido unos 25 g. Además, indica que calcula el resto de
ingredientes en proporción al peso de los huevos, sin embargo, los he tomado
tal cual y la textura ha quedado como tenía que quedar.
Un
último consejo: es recomendable prepararla con al menos un día de antelación,
aunque aguanta bien el paso de los días y podemos prepararla con 2 o 3 días de
tiempo y así, una vez fría, será mucho más manejable y la textura estará
asentada.
INGREDIENTES (aproximadamente para 1 kg, como indica la fuente):
- 6 huevos XL (375 g en este caso)
- 180 g de agua
- 350 g de azúcar
- 30 g de maicena /harina de maíz
- Colorante alimentario (opcional, por si queremos darle un poco más de vida)
El PROCESO, paso a paso:
1. Mezclamos los huevos ligeramente batidos
(que se hayan unido clara y yema pero sin demasiado aire) con el agua y colamos
para evitar las partes más cuajadas del huevo que podrían afear el aspecto y la
textura de la yema.
2. Mezclamos el azúcar con la harina.
3. En un cazo u olla de fondo grueso, podemos
la mezcla de los huevos y el agua a la que habremos añadido la del azúcar a
fuego medio y removemos constantemente con unas varillas.
4. Cocemos hasta que tenga la consistencia
deseada y si lo vemos necesario añadimos una pizca de colorante.
5. Para que enfríe bien, y sin que cambie el
color, lo pasamos a una bandeja metálica o de cristal previamente enfriada y cuando
temple lo cubrimos con un papel film tocando la superficie para evitar que haga
costra. Llevamos a la nevera.
6. Si queremos "yema tostada" lo
único que tenemos que hacer es espolvorearla con una buena cantidad de azúcar y
con un quemador, una pala, o un soplete quemarla a nuestro gusto. En la foto
está quemada con un quemador en forma de espiral, que, de paso, nos la decora.
Salud y que aproveche.
Holaa! Gracias por la receta seguro que la pruebo pronto, te ha quedado genial, por cierto me quedo por aquí y te invito a que conozcas mi blog. Un beso
ResponderEliminarQue buena receta y que bien adornado te ha quedado con la pala de espiral, me encanta.
ResponderEliminarMas sencilla que la de almíbar si que es, aunque la de almíbar no cuesta mucho mas de hacer.
Saludos