Esta
semana os traigo una receta típicamente valenciana. A mí no me gusta la paella
pero el arroz al horno me encanta (aunque a mi estómago no le guste tanto
desgraciadamente…). Para mí es uno de los arroces más famosos de Valencia junto
con la paella y la típica “olla xunta” o “arròs en fesols i naps”.
Bueno
y ahora a lo que vamos… ¡el arroz! Me diréis: ¡Arroz al horno en cazuela de
metal?! Mal empezamos ¿no? Si ya variamos lo que estéticamente es más típico
¿qué haremos con el resto de la receta? Pero no creáis, sale riquísimo, incluso
mejor que con la de barro ya que, desde hace unos cuantos años, y después de
que casi siempre que hicieran arroz al horno es que quedara un poco pasado
probaron y la diferencia fue abismal. Desde entonces utilizamos la cazuela de
metal y no falla.
Este
que os traigo es mi primer arroz al horno y estoy muy orgullosa de él porque
quedó riquísimo, no esperaba que el primero saliera tan bueno. Ya sé que
tampoco es un plato hipercomplicado con un millón de pasos y demás pero… cuando
uno cocina algo que le gusta por primera vez y sale bien…
Bueno, y ahora vamos a los
ingredientes para 5 personas:
- 10 o 12 trocitos de costilla de cerdo (mejor si tienen más carne que grasa para mi gusto)
- 2 morcillas (si están sequitas mejor)
- 3 o 4 longanizas de magro
- 1 morcilla de carne, botifarrones
- 1 patata mediana
- 1 tomate maduro
- 1 bote pequeño de garbanzos cocidos
- 1 cabeza de ajos (más o menos al gusto)
- Perejil
- Pimentón
- Tomate frito
- 5 tazones de agua
- 2 tazones y medio de arroz (unos 600-700gr) (sí, sé lo que estáis pensando, somos todos de buen comer, y si sobra supongo que para el día siguiente estará bueno, aunque no he tenido la experiencia)
Y la receta:
1.
Ponemos a calentar el agua con un poco de
colorante alimentario y sal y precalentamos el horno al máximo.
2.
Freímos las costillas hasta que estén bien
doraditas y reservamos. A continuación freímos el embutido cortado a trocitos
(de unos 2 o 3 cm para aquellos a los que les gusta que los orienten) y
reservamos sin tirar el aceite.
3.
En la cazuela ponemos el arroz, las costillas,
el embutido y echamos una parte del aceite (casi todo si no hemos usado mucho
para freir). Después un buen chorro de tomate frito y los garbanzos. Lo
mezclamos y añadimos una cucharadita de pimentón dulce.
4.
Ahora pelamos la patata y la cortamos en rodajas
de 1cm de grosor aproximadamente. Lo mismo con los tomates pero sin pelar.
5.
Vertemos sobre la cazuela el “caldo” que habremos
preparado. Es mejor no ponerlo todo y si falta añadir que no pasarnos y que se
nos pase el arroz.
6.
Repartimos de forma “bonita” las patatas y el
tomate de forma que casi los cubra el caldo y ponemos una cabeza de ajo en el
centro (en nuestro caso ponemos media poco más o menos) y también un poquito de
perejil.
7.
Lo llevamos al horno y cocinamos durante unos 20
minutos, hasta que esté doradito por encima (para mí cuanto más seco y doradito
¡mejor!)
Y ya tenemos listo un arroz rico, rico y con
fundamento que diría Karlos Arguiñano, al que, por cierto, anoche vimos en el nuevo
programa de Andreu Buenafuente junto a Juan Mari Arzak (que me encanta ver cómo
explica sus “creaciones”) y Ferrán Adrià. Los tres juntos nos hicieron reír y
fue muy interesante ver como 3 grandes cocineros se enfrentaban a una cata a
ciegas (bueno, a Arzak le daba “yuyu” lo de las catas a ciegas así que estaba
de pinche de Buenafuente): el primer plato era una magdalena de roquefort y el
segundo un chupito de brócoli, mostaza y limón, que les fue imposible adivinar.
Bueno, y después de este breve paréntesis televisivo, que me apetecía comentar
porque nos hicieron pasar un buen rato y verlos más allá de la bata y el gorro
de cocinero, me despido ya de vosotros por esta semana. No dudéis que aunque no
actualizo mucho, a pesar de que ahora he cogido de nuevo el ritmo post por semana, no dejo de pasarme por
vuestros blogs/cocinas y de interesarme por vuestras creaciones.
Solo
me queda añadir que ayer hicimos macarons y… redoble de tambores, la banda del
pueblo sonando… ¡me salieron bien! ¡Qué alegría! Y además los encontré
deliciosos, nunca he probado uno, así que para mí un macaron será eso mientras no
mejore la receta o no pruebe unos de pastelería.
He
de reconocer que no me resultaron demasiado complicados aunque al principio me
asustaban. Son más que nada un poco laboriosos y creo que en cuanto encuentre
harina de almendra como tal probaré con distintos sabores, colores y rellenos.
Estos los comimos con mermelada de fresa y de calabaza y con helado de caramelo
que es como más buenos estaban: crujientes por fuera y fríos y cremosos por
dentro. No son todo lo perfectos que podrían ser porque casi se queman y no
estaban 100% hechos por dentro, por lo que algunos no se despegaron bien. No
les he tomado fotos y ya casi no quedan, pero a la próxima prometo hacerles
alguna...
Como
libro para esta semana os traigo algo tan sencillo, y tan profundo, como es El principito, libro por todos conocido
pero no por todos leído que, creo, al menos, se debe ojear una vez en la vida.
¡Salud y buen provecho!
Nunca lo he probado con este acompañamiento,pero tiene muy buena pinta,me lo apunto,besos!!
ResponderEliminarTiene un aspecto estupendo.
ResponderEliminarTe he dejado algo en mi blog
Besos
tiene una pinta estupenda ! acabo de conocerte y me quedo por aqui, un besito
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