Si tuviera que poner todos los ingredientes de esta pizza en el título, este sería interminable, así que lo resumo casi a lo esencial.
No iba a subir esta receta, que en realidad es más que nada una idea, y la foto que veis forma parte del proyecto 365 que estoy llevando a cabo. Es más, en pleno periodo de trabajos, la hora de cenar y yo sin foto del día... tuve que aprovechar, y la verdad es que tuvo éxito. Así que, viendo que la pizza gustaba (porque la foto en sí, pocas probabilidades de éxito tenía) y la combinación de sabores gusta mucho en casa, me ha parecido una buena idea publicarla.
La he preparado un par de veces, cada una de ellas con una masa distinta y con alguna pequeña variación que después os indicaré, pero ambas igual de sabrosas. La masa es la misma que preparé en la primera entrada de pizzas, a la que os recomiendo añadir un poco más de sal porque esta vez de nuevo me pareció que la masa estaba un poco sosa, a pesar de que yo suelo comer con poca sal. La otra masa que me encanta es esta de Gastronomía y cía, que lleva cerveza en su composición, con un sabor distinto. La primera vez que la preparé fue sin huevitos y con tiras de pimiento asado, la segunda al revés. Creo que la próxima vez se lo pondré todo, porque como ya os dije el pimiento asado es una de mis comidas favoritas, así que no podía faltar.
Algo que no podía pasar por alto es la forma en que preparo los espárragos para esta pizza. Quizá si os pasa como a mí miráis imágenes de recetas en Pinterest, a veces en busca de inspiración para la presentación, otras para una idea rápida... el caso es que constantemente, también en blogs americanos, veía la expresión "shaved aspargus", es decir, espárragos laminados y se me ocurrió que era una buena forma de degustar una pizza que incluyera este ingrediente sin que quedara demasiado duro o difícil de morder en la porción, así que decidí probar, y la verdad es que ahora empleo la técnica en más de una ocasión.
INGREDIENTES (esta vez para 4 personas que como lleva muchas cosas llena bastante):
- Masa de pizza (con la que os pongo en el enlace da para cenar 4 personas bien)
- Tomate frito
- Queso mozzarela fresco
- Mozzarela rallada
- Pinchos de pollo (unos 150 - 200g)*
- Espárragos
- Cebolla
- Champiñones
- Pimiento asado (opcional)
- Huevos de codorniz
- Sal, aceite, orégano.
Notas: los pinchos que yo uso son los mismos que venden en las tiendas Pollos Planes, por si no sabéis dónde encontrar esta clase de pinchos que no sean de cerdo, que son los más comunes. Si no, siempre podéis adobar unos tacos de pechuga de pollo como más os guste.
La ELABORACIÓN, paso a paso.
1. Preparamos la masa de pizza con tiempo suficiente.
2. Precalentamos el horno a 180-210º
3. Cortamos la mozzarela a rodajas. Extendemos una capa de tomate frito sobre la(s) base(s) estirada(s) y repartimos el queso.
4. Cortamos los pinchos grandes en trozos más pequeños para que la cocción sea uniforme. Se cocinarán a la perfección dentro del horno.
5. Laminamos la cebolla y los champiñones: si tenemos mandolina acelerará el proceso considerablemente, posición 3-4 mm.
6. Para laminar los espárragos, primero los limpiamos y a continuación, utilizando el pelador de patatas, sacamos láminas de la pieza desde la base de la punta hasta el final de la pieza. Para que las puntas nos queden bien hechas podemos ponerlas unos 30s en el microondas con un chorrito de aceite unas gotas de agua y un poco de sal.
7. Salamos un poco la verdura y la repartimos sobre la base de la pizza. Sobre esta, los pinchos, espolvoreamos con oréganos y un poco más de mozzarella rallada.
8. ¡Al horno!
9. Mientras tanto cascamos en un plato los huevos de codorniz y cuando la pizza esté terminando la cocción los repartimos sobre esta, los salamos un poco si queremos y dejamos unos minutos más en el horno hasta que la clara (y la yema si queréis) este cuajada. ¡Listo!
¡Qué aproveche!