Los chips de pita que os mostraba en la entrada anterior los preparé para acompañar este hummus. Lo bueno del hummus es que es un modo de tomar legumbres bastante sano, sobre todo si lo acompañamos con crudités y encurtidos y limitamos la cantidad de pan y además, sobre todo en verano, es mucho más refrescante que un plato de potaje.
Acompañado de unas tiras de zanahoria, manzana y pepinillos veréis qué ligero y refrescante resulta. Si nunca lo habéis probado con pepinillos encurtidos os animo a ello, lo probé de casualidad y desde entonces es como más me gusta a mí... Aunque con un buen pan de pita, chips o un rico pan también se disfruta ¡y mucho!
La receta es muy sencilla, la verdad es que lo hago un poco a ojo, porque al final la cantidad de ajo, limón o comino va a al gusto, y lo bueno de la mayoría de recetas saladas es que se puede improvisar bastante bien conociendo los ingredientes aunque en este caso os recomiendo que no quitéis ninguno de ellos, eso sí. En esta ocasión utilicé garbanzos ya cocidos de bote, y os recomiendo que si tomáis esta opción, sea con unos buenos garbanzos de bote, tiernos, porque si no os costará muchísimo conseguir una textura cremosa y de tanto añadir agua, el sabor estará aguado...
INGREDIENTES
- 1 bote de garbanzos
- 1-2 dientes de ajo
- 1-2 cucharadas soperas de sésamo
- Aceite de sésamo (opcional, aunque le da un toque)
- El zumo de un limón
- Sal
- Aceite de oliva
- Comino al gusto
- Pimentón
- Agua en caso de que sea necesaria.
La ELABORACIÓN paso a paso:
1. Preparamos el tahine o pasta de sésamo si no tenemos machacando en un mortero el sésamo, un poco de aceite (de sésamo si tenemos, pues potencia el sabor), agua y sal hasta que se convierta en una pasta blanquecina medianamente suave. Si tenemos tahine en casa, nos saltamos este paso y añadimos una cucharada directamente.
2. Vertemos en la picadora (o vaso batidos) los garbanzos, 1 diente de ajo partido en dos, comino al gusto, el zumo de medio limón (yo suelo poner el zumo de un limón entero, pero va a gustos, puedes empezar por medio e ir añadiendo), la pasta de sésamo, y unos 30ml de aceite de oliva. La mayoría de estos ingredientes se pueden modificar según nos gusten más unos sabores que otros: más o menos ajo, más limón, más comino...
3. Trituramos hasta que nos quede una crema espesa, si queda demasiado espesa, podemos añadir alguna cucharada del agua de los garbanzos, agua normal o algo más de aceite hasta que nos guste la textura que adquiera.
4. Pasamos a un recipiente, espolvoreamos con pimentón y regamos con aceite de oliva. Este creará una película protectora que ayuda a su conservación. Si hemos guardado algún garbanzo, podremos usarlo para decorar.
5. Servimos acompañado de chips de pita, pan, crudités o de aquello que más nos guste.
¡Qué aproveche!
Caleidoscópica.