domingo, 20 de octubre de 2013

Brazo de nata y yema pastelera

Ya os adelanté la semana pasada el proceso de preparación de la yema que recubre este brazo, así que la receta de hoy explicará más bien su montaje, pues todavía no nos hemos atrevido a preparar una plancha de bizcocho para brazos de gitano, rollos, etc. Aunque los ingredientes son muy similares a los del "bescuit (3 ingredientes)". 


Se trata de un pastel muy sabroso con la combinación de sabores cuando entra en contacto la nata con la capa de yema que también recubre su interior, y al morder el bizcocho con su dulce cobertura. No es tan laborioso como podría parecer, tanto si encargamos la plancha y la nata a nuestro horno favorito, como si lo preparamos todo en casa. Solo hay que tener un poco de planificación un par de días antes  y montar el día anterior a servirlo.


INGREDIENTES:
  • Yema pastelera (entre 500 y 700 gramos en la receta que os puse sale más y sobra una cantidad considerable, aunque no daría para otro brazo). 
  • 1 plancha de bizcocho para brazo de gitano.
  • 1 litro de nata para montar.
  • azúcar
  • agua

El PROCESO, paso a paso:
 1. Preparamos, con al menos un día de antelación, la yema pastelera, pues tiene que reposar y se trabaja mejor en frío. 

2. Montamos la nata con la cantidad de azúcar que más nos guste. Hay que intentar que esta esté bien fría, y también los instrumentos con la que la trabajamos para que monte adecuadamente. Además, para que nos aguante bien de un día para otro siempre es mejor utilizarla de 35.1% de materia grasa.  
2. Preparamos un almíbar ligero hirviendo un poco de agua y azúcar y pintamos la plancha de bizocho generosamente para que quede bien tierna, si fuera necesario la pinchamos con una brocheta para que penetre mejor. Hay que intentar no excederse, pues si está demasiado húmeda tampoco podremos trabajarla bien.
3. Untamos una capa fina de yema por toda la superficie. 
4. Extendemos la nata de forma decreciente a lo largo de la placha, es decir, en el borde que irá en el centro del rollo ponemos más cantidad que en que irá en la base, pues al cerrarlo la nata puede rebasar y no queremos que se nos mezcle con la yema que recubre el exterior. 
5. Enrollamos cuidadosamente. Hay que intentar que no quede demasiado prieto, sino con el centro bien relleno de nata y que quede ancho. 
6. Pincelamos de nuevo con almíbar la parte de fuera (esto siempre dependerá de cuán jugosa esté nuestra plancha, que en este caso estaba un pelín más seca de lo que nos suele gustar) y procedemos a recubrir todo el brazo con la yema pastelera siendo generosos y sin olvidarnos de los bordes. 
7. Espolvoreamos el brazo con azúzar y quemamos la yema con el soplete, pala, quemador eléctrico o, como hacía mi abuela, poniendo un chuchillo ancho sobre el fuego y aplicándolo. Esta última técnica es más engorrosa, pero igualmente útil. 
8. Servir bien frío. 

¡Qué aproveche!


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