jueves, 20 de junio de 2013

Smoothie de kiwi y plátano

Aunque este año la primavera ha sido un poco extraña, tres días de calor estival y dos de frío invernal sin ton ni son, hace ya muchísimo calor. Aunque por mí nos quedaríamos con el frío del invierno, o con el otoño, si queréis, que es más suave, porque me llevo muy mal con las altas temperaturas. Podría decir que la mejor parte del buen tiempo es que empezamos a consumir batidos de frutas, smoothies... pero no nos engañemos, yo tomo batidos de frutas durante todo el año, generalmente en la merienda, porque me encanta la fruta y todo lo que se puede hacer con ella: batidos solo de frutas, batidos con leche/yogur, zumos con la licuadora (que tengo una por ahí que era de mi abuela y aunque viejita saca unos zumos de zanahoria y manzana fantásticos), macedonias... y eso sin contar los cuencos de cerezas, ahora que estamos en temporada.

Si eso ocurre en invierno... ¿qué no haré en primavera-verano que con el calor solo apetecen meriendas refrescantes? La fruta, si está en su punto (que para mí es un pelín menos madura que para mucha gente), puede llegar a ser un sustituto perfecto en aquellos días en que solo apetece comer dulce. Obviamente no nos sirve para sustituir al chocolate, es cierto, pero una buena ración de fresas, o un buen plátano pueden llegar a calmar el ansia de azúcar de una forma sana y natural, y sin remordimientos. La verdad es que no me canso de decir, y mi madre lo escucha constantemente, que no entiendo por qué en la mayoría de dietas se prohibe el consumo del plátanos cuando estos son realmente saciantes, frente a un par de piezas de fruta como unos ciruelos o albaricoques, evitando así querer picotear entre comidas.

Por todo lo anterior, hoy os traigo el primero de muchos batidos y smoothies que prepararé esta temporada con la nueva incorporación a mi cocina, una batidora de vaso. Hace muchos años tuve una y era realmente cómoda tanto para batidos como para purés, zumos de uva (luego solo había que colar), gazpachos... aquella se estropeó y desde entonces no había dejado de pensar en tener otra. La estrené con un batido de frutos del bosque, pero estamos intentando "mejorar" la receta, porque está buena pero no es exactamente lo que buscábamos, así que os presento una de mis meriendas: un smoothie de plátano, kiwi y zumo de piña, facilísimo de preparar, riquísimo, y que os aseguro que no os dejará con hambre.

INGREDIENTES para 2 personas:

  • 1 plátano grande
  • 1 kiwi grandecito y maduro
  • 200 ml de zumo de piña (nos sirve el de los botes de piña en su jugo por ejemplo)
  • 1 cucharadita de miel

La PREPARACIÓN paso a paso:

1. Pelamos la fruta y la troceamos a un tamaño medio-pequeño. 
2. Llevamos al congelador. Yo la dejé 24 horas porque me vino bien así, pero se puede poner de la mañana  a la tarde. La fruta congelada será la que aporte la textura al smoothie. 
3. Ponemos en el vaso de la batidora los ingredientes, tapamos y batimos con la función más adecuada para este preparado. Mi batidora tiene una función para este tipo de preparados, por lo que fue la que utilicé. Es posible que haya momentos en que parezca que ya no bate, para ello, ponemos el batido a 0, sacamos la jarra, la movemos un poco, la ponemos de nuevo en la batidora y seguiremos batiendo con la función smoothie. Esto es así porque al estar la fruta congelada es posible que algun trozo se engache un poco (o no haya bajado hacia las cuchillas y se haya quedado flotando).



¡Un saludo y que aproveche!

P.D: esta entrada era para el jueves pasado, pero tenía un examen el viernes y con los nervios se me pasó... así que lo dejé para esta semana y la que viene os traeré una receta salada riquísima ;).

jueves, 6 de junio de 2013

Tarta de Santiago



Si llego a saber que era tan fácil preparar una auténtica tarta de Santiago creo que no me lo hubiera pensado ni dos veces. Esta la preparé en un abrir y cerrar de ojos el viernes pasado para el café de la comida del fin de semana, y no me llevó ni 45 minutos tenerlo todo listo. Aunque es exagerar... si comparamos, casi me costó más rato preparar la plantilla. El jueves se me ocurrió decirle a mi madre "me estoy planteando hacer una tarta de Santiago, no parece muy difícil, la que venden en el horno no me gusta y me apetece comer una un poco más auténtica" (aunque a mí me gusta mucho la que es más como un bizcocho, pero esto ya es harina de otro costal) a lo que, para mi sorpresa respondió que una clienta le había dado una receta justo esa mañana. Al final buscamos varias recetas, la comparamos con la suya y sacamos una proporción para el molde redondo de 30cm, que no usamos más que para preparar alguna empanada porque la mayoría de preparaciones son para 24cm... Empanada que algún día subiré, y que hace mucho tiempo que no preparamos ¡qué sabrosa la empanada de embutido!

Me resultó muy curioso saber que la receta viene incluso en el BOE debido a que debe cumplir unos requisitos para que se considere la tradicional y pueda optar a la denominación de Indicación Geográfica Protegida, no solo indica los ingredientes básicos y los dos tipos aceptados, sino también a qué zonas deben pertenecer los obradores donde se producen, en qué condiciones... es realmente interesante que exista legislación para este tipo de productos tan característicos, porque muchas veces se venden productos que no son lo que dicen ser y las etiquetas de denominaciones de origen y demás son siempre una señal de calidad y de confianza.

La foto de la tarta entera, cuando todavía no habíamos sucumbido a la tentación.

Aunque la cruz se ve muy oscura no estaba para nada quemada, como podéis ver por el corte más arriba. No obstante, la probamos antes por si acaso algo había salido mal o estaba realmente quemada, ¡ya conocéis mi horno!, pues en la mitad del tiempo habitual que marcan las recetas estaba más que hecha, menos mal que no esperamos más porque ya salía limpia la aguja...

Exquisita, esa es la palabra para definirla: el conjunto de sabores y texturas, perfecto. Sin duda no tardaré en repetirla ¡ah! y en añadirla a mi lista de básicos... que con una de estas una queda como una reina en cualquier merienda y sin apenas trabajo. 

INGREDIENTES:
  • 315 g de almendra molida (200 g de almendra molida fina como harina y 115 un poquito más gruesa)*
  • 315 g de azúcar
  • 5 huevos XL (sí, sí, parecía que iban a ser muy grandes, pero visto el resultado no lo cambiaré. Tenía mis dudas en cuanto al tamaño de los huevos pero la teoría de mi madre es que mi abuela siempre hizo las cocas, bizcochos y demás con huevos grandes y siempre estaban buenos. Y también lo hace así la clienta que nos dio la receta..., habrá que hacer caso a las "expertas").
    1/2 cucharadita de canela en polvo
  • Ralladura de la piel de medio limón "hermoso".
El PROCEDIMIENTO paso a paso:

1. Pesamos los ingredientes y ponemos el azúcar en un cuenco grande donde nos vaya a caber toda la mezcla. Añadimos uno a uno los huevos integrándolos bien y batimos (a mano, no es necesario que queden casi montados) bien hasta que blanquee un poco la mezcla. 
2. Mezclamos la almendra con la canela y la piel del limón. Añadimos a la preparación anterior. 
3. Con una lengua o espátula mezclamos con movimientos envolventes hasta que esté todo bien integrado.
4. Vertemos la mezcla anterior a un molde desmoldable cuya base habremos forrado previamente con papel de horno.
5. Al horno, a 180º, unos 15 minutos en mi caso, 25-30 en los casos normales: para una mayor seguridad nos iremos fijando en la superficie, cuando esté doradita y parezca que esté hecho probamos a pinchar con una aguja o brocheta y si sale limpia, ya está. 

NOTA: la idea de utilizar la almendra molida en distintos grosores la tomé del blog Webos fritos. Resulta muy agradable encontrar algunos trocitos más gruesos que otros, aunque su proporción es de uno a uno y yo la varié un poco, la quería con menos "tropezones". De ahí tomé también la referencia del molde de 24 cm para sacar la proporción del de 30 cm, pues la receta de mi madre tenía las mismas proporciones pero desconocíamos el tamaño del molde (y por las cantidades parecía para uno mucho más grande, así que buscamos una receta que indicara bien el molde empleado).

¡Un saludo y que aproveche!