jueves, 25 de abril de 2013

Galletas (cookies) de vainilla con chips de chocolate

Me hallo en plena búsqueda y captura de la galleta perfecta. Me gustan mucho este tipo de galletas, pero con un "toque" especial: bordes dorados y crujientes con el centro chewy (que sería algo así como "chicloso" en español, pero sin llegar a estar blando). Mi modelo, cuando pienso en una de estas galletas, es el de las galletas de una tiendecita que hay en la estación de Charing Cross en Londres. Son perfectas: muy planas, crujientes en el exterior y suaves en el centro. He probado 3 o 4 variedades en dos ocasiones distintas y estaban así, como a mí me gustan, en ambos casos. No solo tienen unas galletas deliciosas, también hacen unos helados de vainilla maravillosos a los que añaden una de sus galletas troceadas junto con un sirope que... ¡no he probado nada igual en mi vida! Es una lástima que no le haya hecho una foto ninguna de las dos veces que me he comido uno. Tienen un tamaño enorme, pero os aseguro que uno se lo come entero y sería capaz de tomar un poquito más...


Estas galletas, siendo realista, no se parecen a lo que estaba buscando aunque están igualmente buenas. Me han gustado de verdad. No he podido conseguir la textura que buscaba, se han quedado crujientes por los bordes, con un sabor muy bueno, pero con el centro un poco blando, ¡si las dejaba más en el horno se quemaban! De hecho horneé dos bandejas: una que se quemó (aunque yo no tiro nada y las he "salvado") y otra que se quedó como las de la foto, con aspecto de estar bien pero con el centro casi un pelín demasiado blando. No obstante, se conservan bien 4 o 5 días. Creo que tengo que hacer muchas más galletas para coger el punto de horneado perfecto (preparé unas de calabaza y chocolate como estas en octubre y aunque tenían un sabor peculiar que me gustó mucho no se quedaron planas y encima se quemaron por abajo...) pues creo que es lo que más problemas me da. Así que si alguien tiene alguna sugerencia, le agradecería de corazón que me la dejara.

La masa se prepara en un periquete y como las bolitas las saco con una cuchara de servir helados, el bolero de toda la vida, como indica su autora en el vídeo no tienen ningún trabajo. Podemos refrigerar un poco la masa mientras precalentamos el horno, pues queda un poco blandita, y así será mucho más manejable (la primera bandeja, la que se me puso "oscurita" no la había refrigerado nada, no sé si eso influye o no, pero me parece que el horneado fue más uniforme y quedaron más planas las que sí había refrigerado mientras la primera bandeja estaba en el horno).

La receta la he sacado de Joy of baking, donde su autora lo explica todo muy claro en un vídeo ilustrativo, que a mí me ha ayudado bastante, pues no tenía claro si las bolitas de masa había que aplastarlas antes de meterlas en el horno o no para que quedasen planas. Los ingredientes que os pongo son la mitad de los que ella indica ya que para hacer la prueba no quería tener cuatro docenas de galletas con las que luego no sé qué hacer.


INGREDIENTES para 20-22 galletas:
  • 115 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 75 g de azúcar blanco
  • 80 g de azúcar moreno
  • 1 huevo
  • 145 g de harina
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 140 g de pelistas de chocolate
La ELABORACIÓN paso a paso es tan fácil como:

1. Batir la mantequilla hasta que quede cremosa. A continuación añadir los dos azúcares y batir 2 o 3 minutos a máxima potencia hasta que se integre bien con la mantequilla.
2. Añadir el huevo y la vainilla. Batir hasta que se integre bien. 
3. Tamizar la harina con la sal y el bicarbonato, intentando que este quede bien repartido. Añadir esta mezcla a la anterior de mantequilla, azúcar y huevo y batir. 
4. Cuando la harina esté medio integrada añadir el chocolate y batir hasta que quede todo homogéneo. 
5. Refrigerar la masa si queda muy blanda.
6. Hacer bolitas de masa, mejor si es con un bolero, y repartir en una bandeja, con papel de hornear. Hay que dejar un espacio de separación entre ellas pues después la masa se "derrite" y se ensancha. 
7. Hornear, unos 10 minutos, a 170º calor arriba y abajo (o como lo hagáis habitualmente con este tipo de galletas).


¡Salud y buen provecho!

Caleidoscópica.

jueves, 18 de abril de 2013

Crema de zanahoria, patata y espárragos.



Había empezado esta entrada el otro día diciendo algo así como: "ahora que todavía refresca por la noche apetece una crema calentita", pero he tenido que cambiarlo pues aquí en Valencia está haciendo un calor que no es propio de mediados de abril y que supongo que acabará convirtiéndose en un poco más de frío dentro de poco días. Así que, escribiendo en manga corta no puedo más que recomendaros que la toméis templada, está rica de cualquier modo.

Otro aliciente para preparar esta crema es que estamos en temporada de espárragos y, por tanto, es el mejor momento para consumirlos, tanto por su sabor como por su calidad (y probablemente su precio, que si es de temporada... ). El espárrago está entre mis alimentos preferidos, siempre que sean de los verdes, pues de los blancos no me acaba de gustar la textura. Son, además, de fácil preparación y están igual de buenos al vapor, salteados, a la plancha partidos por la mitad, o como ingrediente principal de un revuelto. Tienen además muchas vitaminas y minerales; son diuréticos y depurativos; y, sobre todo, son una guarnición estupenda con un aporte calórico muy bajo (aunque esto dependerá de si lo acompañamos de alguna salsita, si están fritos, si son solo al vapor). Y ya, sin insistir más en sus propiedades, vamos con la receta.

INGREDIENTES:*
  • Patata
  • Zanahoria
  • Espárragos
  • 1 puerro grande
  • Aceite
  • Sal
  • Pimienta

NOTA: * no doy cantidades exactas porque depende del tamaño de las zanahoria y de las patatas, así como de la consistencia con que a cada uno le gusten las cremas. Nosotros acostumbramos a poner menos patata, por lo que suelen quedar más ligeras.

PROCEDIMIENTO (paso a paso). 
1. Pelamos las patatas y las zanahorias, quitamos las yemas a los espárragos (que guardaremos para decorar o para otra receta) y los cortamos en trozos. Limpiamos el puerro y cogemos solo la parte blanca, que picaremos finamente. 
2. Ponemos una o dos cucharadas de aceite de oliva en la olla que tendremos al fuego y sofreímos el puerro. Añadimos la patata, le damos una vuelta y ya añadimos el resto de ingredientes, agua hasta cubrir (lo justo) y la sal. 
3. Si usamos olla exprés, tapamos y dejamos hasta que suba, bajamos el fuego al 1, dejamos unos 10 minutos y apagamos. Si usamos el método tradicional... hasta que veamos que están todas las verduras tiernas.
4. Reservamos una parte del líquido (yo prefiero sacar líquido de más y luego ir añadiendo a que luego se quede aguado) y trituramos, añadiendo poco a poco más líquido hasta que adquiera la consistencia adecuada. 
5. Sazonamos con un poco de pimienta blanca y servimos. Podemos saltear las puntas de los espárragos y aprovecharlas para la presentación o bien guardarlas para otra preparación.

Un saludo y buen provecho.

Caleidoscópica.

miércoles, 3 de abril de 2013

Tarta de oreo y chocolate blanco


Es la segunda vez que preparo la tarta y si la primera me pareció que estaba riquísima yo creo que esta la supera, aunque lo hiciera todo igual. La preparé para mi cumpleaños y no pude sacarle ninguna foto, además tenía el blog totalmente abandonado y ni siquiera pensé en ello. El experimento de llevar dos blogs a la vez siendo uno para clase no le vino muy bien a este.

Ahora llevaba ya días con la intención de retomar las publicaciones aunque no vaya mucho mejor de tiempo pero querer es poder, y espero que me dure la voluntad para sacar algún rato (aunque no prometo nada que a veces uno está cansado y aunque tenga un hueco...), así que me salió una comida y enseguida pensé en prepararla porque la primera vez fue un éxito y tenía ganas de cocinar y, sobre todo, de repetir la receta...

En cuanto la tuve lista, que se hace en un periquete, decidí montar el set de fotografía al día siguiente y preparar la entrada de hoy, que ya iba siendo hora y si no me hago el ánimo y me pongo...

Es muy sencilla y la saqué de Directo al Paladar. La primera vez que la preparé fue con las cantidades que indicaba la receta original, pero me quedó muy bajita ya que se me había roto el molde de 20 cm y tuve que hacerla en el de 24 cm, así que yo os daré las cantidades para un molde 24 cm, quedado así más alta y vistosa. A pesar de lo que pueda parecer no es excesivamente dulzona, no lleva azúcar, aparte del que aporta el chocolate blanco, ni lo necesita. Sin embargo, hay que reconocer que con una porción pequeña es suficiente, por lo que estas medidas cunden bastante.

INGREDIENTES para un molde de 24 cm:
Para la crema:
700 ml de nata
600 ml de leche (puse una parte desnatada)
3 sobres de cuajada
225 g de chocolate blanco
3 o 4 cucharadas de leche condensada (yo la puse desnatada)

Para la base:
300 g de galletas Oreo
120 g de mantequilla



PASO A PASO:

1. Trituramos, sin quitar la crema, las galletas y la mantequilla en la picadora. Si no tenemos, podemos picar las galletas según el procedimiento que cada uno siga habitualmente, derretimos la mantequilla y mezclamos. Lo repartimos en el fondo del molde intentando que quede uniforme y lo metemos en el congelador mientras preparamos la crema. 
2. En una olla ponemos el chocolate a trozos, la nata, la leche, en la que previamente habremos disuelto la cuajada, y la leche condensada. Removemos bien y de forma constante para que no se nos pegue el chocolate y llevamos a ebullición un par de minutos. Seguimos removiendo constantemente y retiramos. 
3. Esperamos a que temple un poco, pero tampoco mucho pues cuaja muy rápido, y vertemos la crema sobre la base de galletas oreo. 
4. Dejamos que se enfríe y lo llevamos a la nevera.


En poco más de 30 minutos tendremos una rica tarta que solo habrá que dejar cuajar unas horas (un mínimo de 4 h) en la nevera y degustar bien fría.

¡Salud y buen provecho!

Caleidoscópica